Por qué las urls cortas están destruyendo la web

Parece un poco exagerado el título, que es el que Frédéric de Villamil le ha puesto a su encendido alegato contra las urls cortas y los acortadores de urls en internet. Pero no deja de tener buena parte de razón en sus razonamientos, algunos muy parecidos a los que expuse aquí hace exactamente un año en Una solución al problema de las urls cortas.

Villamil hace un análisis realista de todos los pasos que puede seguir una url de este tipo hasta llegar al contenido original. Por ejemplo, un simple flujo habitual Pocket-Buffer-Twitter puede implicar hasta 14 redirecciones y 3,4 segundos de carga. 14 redirecciones si envías a Buffer un artículo desde Pocket para que salga a Twitter. Nos estamos volviendo locos?

Pero lo más interesante viene casi al final de su artículo:

…cuando usas un acortador de urls estás dando parte de tu contenido a esa empresa. Ellos pueden decidir cobrar por acceder a tus links, pueden poner tu contenido en un frame y ponerle anuncios, censurarlo si no les gusta lo que publicas…
…ningún acortador de urls usa redirecciones 301 limpias. Algunos usan redirecciones 302, que le indican a Google que la redirección es sólo temporal. De ese modo, el acortador se lleva todo el valor SEO que debería corresponder a tu sitio…

Creo que más claro, el agua. Las recomendaciones para evitar esto: publicar siempre el enlace extendido en Twitter, desactivar el acortador de Buffer, nunca tuitear desde Pocket (uno de los que hacen redirecciones 302 raras), y por supuesto nunca usar un acortador de urls, salvo que sea una emergencia.