Leo un artículo de GigaOM en el que argumenta que los magazines, o más exactamente, los magazines concebidos como aplicaciones para dispositivos móviles como el iPhone y el iPad, están condenados al fracaso.
No se refiere a Zite o Flipboard, que no son realmente magazines, sino agregadores o curadores de contenido. Sino a esos otros magazines que funcionan como aplicaciones independientes.
Su problema, según GigaOM, es que el usuario medio sólo abre 8 aplicaciones al día (basado en un estudio de Flurry), y por tanto queda poco margen para que entre ellas abra un magazine. Pero también que al final la información contenida en esos magazines es invisible para los agregadores y los buscadores, no es indexada y no se puede enlazar.
Y esto me hace reflexionar sobre cómo al final hemos vuelto al origen, puenteando internet y regresando al tradicional magazine en papel que tampoco es indexable ni se puede enlazar. La única diferencia es que el soporte es ahora digital.
Si la razón de ser de los dispositivos móviles fue en origen tener acceso a internet, estar conectados, lo que parecen proponer este tipo de aplicaciones es todo lo contrario, una vuelta al aislamiento. Jon Lund lo expresa muy bien en el post de GigaOM con esta frase:
The orderly, closed magazine experience runs counter to the great social networking pulse of the internet
Esto es, acotar estos campos aislados en internet como hacen los magazines va realmente en contra de la propia naturaleza de internet, que es abierta y social. Y por ahí se abre una fractura importante en la red.
En GigaOM: Why tablet magazines are a failure.