Seguro que alguna vez os lo habéis preguntado. Cómo sería el mundo sin blogs? Si todavía dependiésemos de grandes empresas de medios para saber lo que está ocurriendo. No digo que eso fuera malo; durante muchos años, en realidad algunos siglos desde la invención de la imprenta, fue así. La diferencia es que los blogs nos proporcionaron otras voces, otras opiniones, la posibilidad de responder al mismo tiempo que consumimos información, de implicarnos. Todo eso ha aportado una riqueza sin precedentes a la comunicación mundial.
Al mismo tiempo permite que personas con amplios conocimientos de cualquier tema puedan ponerlos al alcance de todos de una manera sencilla, rápida y efectiva, sin tener que lidiar con complejos editores de código o esperar el lento proceso de la edición por terceros.
De los blogs han surgido también nuevas profesiones, nuevos modos de ganarse la vida mediante la generación de contenidos y conocimiento. Mi propia rutina diaria tiene mucho que ver también con los blogs.
Y por supuesto se han convertido en recursos imprescindibles en campos como la educación, la denuncia de injusticias, la tecnología o la difusión del trabajo y actividades de las ONGs.
Por tanto, cómo sería un mundo sin blogs? Estoy seguro de que todos tenéis vuestra opinión particular al respecto, posiblemente en muchos casos diferente de la mía. Lo primero que cambiaría es que ni vosotros ni yo podríamos expresarla de una forma tan directa, inmediata y libre como podemos hacerlo.
Posiblemente tampoco las redes sociales serían tal y como las conocemos hoy, pues creo que el hecho de que surgieran tuvo mucho que ver con los blogs, de los que serían evolución natural como una simplificación del acto de compartir información en el que los blogs fueron pioneros. No existiría Twitter y Facebook sería una intranet independiente limitada a los centros universitarios norteamericanos, por poner un ejemplo extremo.
Apple no habría tenido tanto éxito con el iPhone y el iPad, y algunas de las aplicaciones más famosas de su AppStore jamás habrían pasado de recaudar unos pocos dólares. Ni siquiera Android habría alcanzado el grado de difusión que tiene, o habría sido mucho más lento.
Nos habríamos enterado tarde y de manera sesgada de muchos acontecimientos clave de los últimos 12 o 13 años, se habrían silenciado las voces de todos aquellos que no comulgan con regímenes no democráticos, y posiblemente jamás hubiéramos llegado a saber de su existencia salvo por las versiones oficiales.
La búsqueda de información práctica sobre cualquier cosa sería mucho más complicada y frustrante; no seríamos capaces de encontrar en internet personas con nuestros mismos gustos, aficiones y pasiones, lo que iría en detrimento de las relaciones personales, comerciales y sociales. Incluso los emprendedores lo tendrían mucho más dificil. Por el contrario los defraudadores, los corruptos, los antisociales, lo tendrían mucho más fácil, sin la presión social que ejercen los blogs.
Llevamos muchos años oyendo que los blogs están muertos. Es posible que el formato ya no sea tan atractivo, que se haya producido una selección natural que ha dejado vivos solo a los mejores o a los que más ganas ponen en ello. Pero de ahí a estar muertos hay un trecho. Si lo estuvieran deberíamos ponernos en el peor escenario, porque hay pocas alternativas, salvo regresar a la comunicación unidireccional. Ya se que me vais a decir que están las redes sociales. Pero si no hay blogs qué vamos a comentar en ellas? Las noticias del periódico? La programación de la televisión? Nuestra vida íntima?
Yo no me imagino ya un mundo sin blogs o cualquier otra herramienta similar. Y vosotros?